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Adam Guastella

Profesor en la Clínica de Investigación sobre Autismo y Neurodesarrollo de la Universidad de Sídney (Australia)

Las pruebas sobre el uso de la leucovorina como tratamiento para el autismo, ya sea durante el embarazo o en niños con autismo, son preliminares y requieren estudios científicos más sólidos para garantizar su seguridad y eficacia. Existen algunos estudios prometedores que sugieren posibles beneficios, pero estos estudios tienen muchas limitaciones que indican que es necesario seguir investigando. No tienen la calidad necesaria para su uso generalizado.  

También hay algunos estudios que sugieren efectos secundarios negativos. Se necesita más trabajo para determinar con certeza la dosis y el momento adecuados, especialmente cuando se administra durante el embarazo y la primera infancia, antes de adoptarlo como tratamiento para la comunidad.   

En un momento en el que la investigación científica ha sufrido una grave falta de financiación y ha sido cuestionada a nivel internacional, este trabajo pone aún más de relieve la importancia y la necesidad de estudios científicos de alta calidad que puedan proporcionar datos a los gobiernos, los responsables políticos, los profesionales de la salud y las familias sobre prácticas basadas en la evidencia.

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