María José Sanz
Directora del BC3 (Centro Vasco de Investigación sobre Cambio Climático)
Las fugas de metano de grandes explotaciones de gas y petróleo, de las infraestructuras de transporte de estos gases (por ejemplo, gasoductos), la dificultad para detectarlas y la falta de sensores para identificarlas, especialmente en territorios remotos, suponen un reto importante para la supervisión y el control exhaustivos de las emisiones de metano. GHGSat trata de abordar este problema con observaciones satelitales.
Esta constelación de satélites toma mediciones que representan solo unas pocas instantáneas en el tiempo y tienen todavía unos límites de detección bastante altos (180-200 kg/hr). Estas mediciones pueden ser una pieza fundamental, pero no la única, para estimar las emisiones de metano a nivel global en el caso de fuentes puntuales de cierta entidad. Son muy útiles en casos de emisiones grandes en áreas remotas (por ejemplo, fugas en gasoductos en áreas remotas) o para verificar algunas emisiones de gran volumen (como las derivadas de la voladura del North Stream). Este estudio presenta información valiosa para determinar su utilidad y sus limitaciones.