Jorge Torrubia Torralba
Analista de investigación de sistemas de materiales en el British Geological Survey
El informe 2050 Critical Raw Materials Outlook for Waste Electrical and Electronic Equipment in European Union plus Iceland, Norway, Switzerland and United Kingdom’ es fruto del proyecto Futuram, sucesor del ya finalizado proyecto ProSUM, que junto con los informes del Global e-waste Monitor constituyen los estudios más detallados y completos sobre basura electrónica (WEEE, por sus siglas en inglés), tanto a nivel europeo (Prosum y Futuram) como global (Global e-waste monitor).
Todos ellos dividen los aparatos eléctricos y electrónicos (EEE, por sus siglas en ingles) en las denominadas categorías UNU-Key. Esta categorización se basa en la similitud de los aparatos en cuanto a: función, composición material, peso medio y características para su reciclado. De esta forma, se obtienen 54 categorías distintas de acuerdo con características clave para el análisis de la economía circular. Esta categorización es más extensa y adecuada que las seis categorías de la normativa europea (aparatos de intercambio de temperatura, pantallas, luminarias, grandes aparatos, pequeños aparatos y aparatos de telecomunicaciones) y de las siete de la española, que tiene una más porque considera de forma separada los paneles fotovoltaicos, que se incluyen en la categoría de grandes aparatos. Así, cada UNU-Key se subdivide en componente (unidades de los EEE, por ejemplo, el disco duro de un ordenador), material (por ejemplo, aleaciones de acero o de cobre) y elemento (por ejemplo, hierro, cobre o estaño). Todas las razones anteriores (características clave para la economía circular, la extensión y la identificación exhaustiva de materiales) convierten a esta metodología en la más robusta hasta el momento.
El presente informe muestra el estado actual de la economía circular de los EEE en la Unión Europea, Reino Unido, Islandia, Noruega y Suiza. La metodología permite detectar las materias primas críticas (CRM, por sus siglas en inglés) perdidas o recuperadas actualmente, y establece estrategias para mejorar su recuperación en el futuro. Las CRM se identifican de acuerdo con dos parámetros: la importancia económica para los Estados y el riesgo de suministro de estas materias primas hacia los Estados. Debido a ello, las CRM son vitales para el funcionamiento de la economía y de sectores clave como energía y defensa. Los resultados del estudio muestran que el 46 % de las CRM se pierden porque no se recogen adecuadamente los WEEE. Además, aproximadamente el 20 % del 54 % que sí se recogen por los canales adecuados también se pierden durante el reciclado. Estos números muestran el enorme margen de mejora en la recuperación de CRM a partir de WEEE. Por otra parte, el estudio detecta una tendencia al alza de los EEE puestos en el mercado en el futuro, especialmente de aquellos que contienen más CRM.
Por tanto, el estudio recomienda: mejorar las tasas de recogida, mejorar el desmantelamiento, identificar los componentes que contengan los CRM y mejorar las políticas para fomentar las condiciones económicas de los CRM. Estas medidas son clave para la recuperación de CRM, lo que establecería nuevas industrias con la consecuente generación de empleo, mejoraría la independencia europea respecto a la importación de CRM y, potencialmente, podría evitar la minería primaria y sus negativas consecuencias medioambientales. Estas dos últimas ventajas solo se producirían si la demanda de los CRM no aumentase en el futuro. Por tanto, otra recomendación clave adicional sería aumentar la vida útil de los productos para tratar de contener la creciente demanda de CRM.
Por último, creo que es importante señalar dos aspectos respecto a este informe. Por un lado, la importancia de la disponibilidad pública de estos datos para investigación y para las empresas. En los informes anteriores del ProSUM, no estaba disponible públicamente toda la información recopilada por el proyecto, sobre todo, en cuanto al nivel de detalle necesario para conocer la composición de los WEEE. Esto limita las posibilidades de investigadores y de empresas a la hora poner en marcha proyectos para la recuperación de CRM. Por otro lado, este estudio solo considera los CRM presentes en los EEE. Esta cantidad es bastante limitada puesto que vehículos, baterías, instalaciones de renovables o incluso los relaves (residuos) de minas en funcionamiento o abandonadas pueden ser fuentes de CRM mucho más importantes. No obstante, no hay que despreciar, sobre todo, la variedad de CRM que ofrecen los WEEE en comparación con otras fuentes secundarias.