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Víctor Resco de Dios

Profesor de Ingeniería forestal y Cambio global de la Universidad de Lleida

A lo largo de las últimas décadas hemos vivido olas de calor, como las del 2003 o 2022, donde más de 60.000 personas perdieron la vida en Europa. Sin embargo, el frío mata en la actualidad a más personas que el calor. Este nuevo estudio indica cómo esta tendencia se invertiría en toda Europa, con la única excepción de Escandinavia. Esto es, con el cambio climático viviremos un aumento en la mortalidad derivada por las olas de calor y una disminución de la inducida por el frío, de manera que las muertes por canícula superarán a los fallecimientos por congelación. Esta tendencia será particularmente acusada en el sur de Europa, y en España se espera que casi 1 de cada 3.000 habitantes fallezcan por calor anualmente a finales de siglo.

La buena noticia es que nos podemos adaptar. La adaptación empieza por soluciones relativamente sencillas, aunque no gratuitas, como la instalación de aires acondicionados o la habilitación de espacios climatizados que sirvan de refugios climáticos (centros comerciales, piscinas, etc.). Pero también debemos abordar soluciones más complejas, como aumentar las zonas verdes en las ciudades, para mitigar la isla de calor urbana, y adaptar los sistemas de salud a estos cambios epidemiológicos.

ES