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Gerard Anmella

Psiquiatra e investigador de la Unidad de Trastornos Depresivos y Bipolares del Hospital Clínic de Barcelona

El nuevo estudio ha analizado toda la evidencia científica disponible sobre discontinuación de antidepresivos utilizando un network meta-analysis (análisis en red). Este método permite comparar diferentes estrategias de retirada incluso cuando no han sido evaluadas directamente entre sí en ensayos clínicos. El trabajo incluye 76 ensayos clínicos aleatorizados con un total de 17.379 participantes con depresión (79%) o trastornos de ansiedad (21%), todos ellos previamente respondedores al tratamiento antidepresivo.  

Los hallazgos muestran diferencias muy relevantes en el riesgo de recaída según la estrategia empleada. Continuar el antidepresivo presentaba un 40% menos de recaídas que la retirada progresiva y un 50% menos que la retirada abrupta. Continuar el antidepresivo junto con soporte psicológico breve reducía las recaídas un 50% frente a la retirada progresiva y un 60% frente a la retirada abrupta. Una retirada progresiva junto con soporte psicológico breve no aumentaba el riesgo de recaída respecto a continuar con la misma dosis. Además, reducía en un 40% las recaídas frente a la retirada progresiva sin soporte psicológico y un 50% frente a la retirada abrupta. 

Como conclusión, el estudio indica que la retirada lenta acompañada de apoyo psicológico breve para prevenir recaídas es tan eficaz como continuar el antidepresivo y claramente superior a la retirada rápida o abrupta. 

¿Es un estudio de alta calidad? Sí. El análisis reúne toda la evidencia disponible y realiza comparaciones exhaustivas para descartar la influencia de factores de confusión. Los resultados se mantienen consistentes en todos los modelos exploratorios. 

¿Qué aporta respecto a la evidencia previa? Hasta ahora se sabía que discontinuar antidepresivos aumentaba el riesgo de recaída, pero no se había estudiado sistemáticamente el efecto de la velocidad de retirada ni el impacto de añadir apoyo psicológico breve. Este estudio es el primero que sintetiza los datos de forma completa y comparativa. 

Limitaciones destacadas. Como cualquier metaanálisis, el estudio presenta aspectos a interpretar con cautela: 

1. Uso de análisis en red. El análisis en red es una técnica que permite comparar tratamientos que nunca se han comparado directamente en un estudio. Por tanto, algunas conclusiones se basan en estas comparaciones indirectas, y no en experimentos realizados. 

2. Escasez de estudios con terapia psicológica. Solo el 5% de los participantes recibió soporte psicológico añadido. Frente a ello, un 51% continuó el antidepresivo sin apoyo psicológico (comparativa principal). La evidencia es, por tanto, mucho más sólida para la continuación de medicación que para el efecto de añadir terapia. Además, en ninguno de los ensayos la terapia psicológica fue enmascarada, lo que puede sobrestimar su efecto. Las intervenciones psicológicas fueron muy heterogéneas (mindfulness, terapia cognitivo-conductual, terapia combinada, intervenciones en afecto positivo, etc.), lo que impide identificar qué modalidad es más eficaz. 

3. Definición arbitraria de retirada lenta. La definición de la rapidez de la retirada del antidepresivo (progresiva vs lenta > o < 4 semanas) es arbitraria. Se requieren estudios que analicen la velocidad de retirada como variable continua, para conocer cuál es la velocidad adecuada para cada paciente. 

4. Mezcla de depresión y ansiedad. Solo el 20% de la muestra tenía trastornos de ansiedad. Esto limita la generalización a este grupo. 

5. Seguimiento relativamente corto. La media de seguimiento fue de 46 semanas (< 1 año), suficiente para medir recaídas tempranas, pero no para conclusiones a largo plazo. Aun así, las diferencias de riesgo son muy marcadas (hasta un 60%). 

Implicaciones para la práctica clínica. La alta utilización de antidepresivos responde en parte a: 

  • La alta prevalencia de trastornos ansioso-depresivos. 

  • Su eficacia y disponibilidad. 

  • La menor accesibilidad y mayor coste estructural de ofrecer terapia psicológica. 

Este estudio sugiere que acompañar la retirada con soporte psicológico breve reduce significativamente el riesgo de recaída y debería considerarse en la planificación clínica. 

¿Es viable implementar esta estrategia en los sistemas de salud? En el sistema público, ofrecer apoyo psicológico breve de forma sistemática durante la discontinuación es un reto debido a limitaciones económicas y de personal. Aun así, los resultados apuntan a la necesidad de integrar intervenciones psicológicas breves y protocolizadas en los procesos de retirada de medicación, dado su potencial impacto en la reducción de recaídas.

ES